Posesión del ayer

No hay otros paraísos que los paraísos perdidos. (Jorge Luis Borges)

miércoles, junio 29, 2005

El oso y sus nuevos amigos

Había una vez un pequeño oso que vivía solo en el bosque y lloraba por todos lados. Lo que le pasaba era que no tenía amigos y quería tener muchos. Dormía entre los árboles y no sabía que hacer, un día lloró tan fuerte y por tanto tiempo que lo escuchó una jirafa.

–¿Cómo te llamás?

–Estefanía –contestó la jirafa.

–¿Tenés amigos? –volvió a preguntar el osito.

–Si.

–¿Cuántos son?

–Y… tres.

–¡Bueno llamalos!

Entonces la jirafa comenzó a llamar a sus amigos, que eran un león, un leopardo y un tigre.
Los llamó a todos, ellos fueron y entonces el oso tuvo muchos amigos y fue muy feliz.


Las nenas y su sombra

Había una vez una plaza que tenia muchas flores, el cielo estaba despejado, y había una sola nube. De pronto me encontré con una nena y me preguntó

–¿Cuántos años tenés?

–Cinco –le respondí –¿y vos?

–Cinco.

Como éramos chiquitas y no sabíamos lo que era la sombra, le preguntábamos a nuestros padres qué era la sombra. Y nos decían que con el tiempo nos íbamos a dar cuenta, entonces nos fuimos a correr bajo el sol. Miramos a nuestros costados y vimos algo, como si fuera… ¡un fantasma! Y gritábamos por todos lados ¡un fantasma nos persigue! ¡un fantasma nos persigue!

–¡Ja, ja, ja!, esa es su sombra –dijeron nuestros padres a la vez –¿Vieron que teníamos razón, que con el tiempo se iban a dar cuenta?

Y comprendimos que nuestros padres tenían razón.